Como una cabra
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Ya saben que este blog tiene un troll que se hace llamar "Alberto
Cañizares" dedicado a mandar de vez en cuando mensajes muy agresivos,
abiertamente male...
Hace 1 día
Es la más exquisita de las intérpretes. La naturaleza la dotó de una voz clara, suave y flexible. Para el auditorio era difícil decir si era más destacada en las arias lentas o en las rápidas. Una agilidad natural le permitía hacer disminuciones con una facilidad tal que nada parecía más fácil; el timbre natural de su voz era tan agraciado y tan tierno que convertía en patético todo lo que cantaba cuando tenía libertad para desplegar todos los recursos de su voz. Su forma de emitir, de sostener, de inflar y de disminuir los sonidos de forma progresiva le valió, de parte de los conocedores, el título de maestra absoluta de su arte. Aunque añadía pocas notas en un aria cantabile, aprovechaba cada oportunidad para embellecer la melodía con todos los refinamientos y los ornamentos en uso. Su trino era perfecto, tenía una gran fantasía en la invención y poseía el poder de acelerar o ralentizar el compás de la forma más inteligente, eso que los italianos llaman tempo rubato. Sus notas agudas eran inigualables por claridad y dulzura, y su entonación era tan precisa y estable que parecía que le resultara imposible cantar notas falsas.Lamentablemente, Lisa Saffer dista mucho de la imagen que Burney trazó de la Cuzzoni. Su registro agudo es desabrido, estridente, feo, su afinación no siempre resulta estable y para las coloraturas más exigentes le falta agilidad. En cualquier caso, se trata de una cantante con suficiente musicalidad y aceptables recursos para hacer que su recital pueda escucharse con agrado.