viernes, 6 de junio de 2008

Virtuosismo y transfiguración

Real Orquesta Sinfónica de Sevilla con Pedro Hallfter (© Guillermo Mendo)
REAL ORQUESTA SINFÓNICA DE SEVILLA

14º Programa de abono de la Temporada 2007-08. Solista: Frank Peter Zimmermann, violín. Director: Pedro Halffter. Programa: Concierto para violín y orquesta en re mayor Op.61 de Ludwig van Beethoven; ‘La noche transfigurada’ Op.4 de Arnold Schönberg. Lugar: Teatro de la Maestranza. Fecha: Jueves 5 de junio. Aforo: Tres cuartos de entrada.

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CONCILIAR LOS EXTREMOS: VIRTUOSISMO Y TRANSFIGURACIÓN

Confirmada una vez más en el doble programa Zemlinsky su especial afinidad con el posromanticismo alemán, Pedro Halffter afrontaba en este nuevo programa de abono el reto de demostrar que la ROSS puede ser un conjunto igualmente válido para la música del Clasicismo, uno de sus grandes demonios.

Contaba para ello con un cómplice de absoluto privilegio, el violinista alemán Frank Peter Zimmermann (Duisburgo, 1965), que armado con su poderosísimo Stradivarius dio una lección magistral de musicalidad y virtuosismo, con un sonido que en el Larghetto no pudo ser más terso ni más limpio y que en los tiempos extremos combatió en pie de igualdad con una orquesta que Halffter volcó del lado heroico y romántico (el volumen de la cuerda, 50 intérpretes, lo hacía presagiar antes incluso de que la obra empezara a sonar), aunque el maestro madrileño pusiera especial cuidado en el control de las dinámicas. Beethoven dominado en último término por un solista que supo conjugar expresión y técnica de forma admirable.

En su salsa tardorromántica, Halffter y la ROSS ofrecieron un Schönberg más hedonista que profundo, de sonoridad algo blanda, pero hermosa, en el que dominó la masa sobre el detalle y al que acaso le faltó un punto de misterio.

[Publicado en Diario de Sevilla el viernes 6 de junio de 2008]

P.S. Oficio. Cuando, hará pronto diez años, me propusieron hacer crítica en un diario nuevo, me dijeron que la idea era escribir después del concierto, la misma noche y en la redacción del periódico. Aunque yo sabía que lo normal en todos los diarios que conocía era escribir la crítica al día siguiente (que, por tanto, salía al público dos días después del acontecimiento), como mi experiencia era nula, acepté (quién sabe si por el desconocimiento y la inconsciencia propios del neófito), y así lo vengo haciendo, salvo casos excepcionales, desde que el 1 de marzo de 1999 escribiera la primera de todas mis críticas (un concierto de La Petite Bande con motetes de Bach en el marco del Festival de Música Antigua, lo recuerdo como si hubiera sido ayer mismo), yo y los compañeros que hacemos crítica en el Diario de Sevilla (ya sea de música, en todas su modalidades, danza o teatro).

Esta forma de hacer tiene sus ventajas (para el lector resulta evidente; pero también las hay para quien escribe: una frescura por la inmediatez entre el hecho y su reseña, así como la liberación de un trabajo que de no dejarlo listo, rondaría por la cabeza toda la mañana del día siguiente) y sus inconvenientes. Éstos últimos saltan mucho a la vista, especialmente para los colegas de la profesión que no están acostumbrados a esta forma de trabajo: apenas hay tiempo para la reflexión, por lo que la crítica puede acabar convertida casi en una primera impresión sin fundamento de peso; no hay tiempo para casi ningún tipo de consulta (mirar una partitura o un libro, escuchar ese fragmento que nos sonó distinto en otra versión, preguntar a un amigo por algún detalle, incluso comentar algo con los intérpretes...) y está siempre de fondo el miedo cerval al atasco, al quedarse en blanco, al no saber exactamente qué decir, lo que a una hora en la que casi todo el periódico está ya cerrado puede convertirse en algo bastante incómodo y hasta angustioso (que no salga de aquí, pero tuve que escribir una reseña de L'Incoronazione di Poppea de Monteverdi a toda página en apenas 20 minutos). En nuestro caso, además este riesgo se ve aumentado porque cuando vamos al espectáculo no sabemos aún el espacio que vamos a tener para la crítica. Lo normal en la profesión es que uno escriba tranquilamente el día siguiente del evento, contando con un espacio conocido, que se adapta a unos módulos prefijados por el periódico. Lo nuestro es diferente: uno llega, pregunta por la página dónde va su reseña, abre la maqueta y se encuentra con la sorpresa: hoy que no tengo nada que decir, me dejan media página, ¡bien!; hoy que podría escribir diez folios, tengo quince líneas, ¡genial! (pasa muy a menudo, no son neuras mías). Además, luego está el titular: hoy en una sola línea, mañana en dos, tres o cuatro, pero cuidadín con quedarse aquí corto, que visualmente resulta mal, o con usar allí palabras demasiado largas, que no caben... Lo que digo, una aventura, a la que uno acaba acostumbrándose y yo prefiero al método tradicional; me falta algo si no escribo directamente sobre la maqueta del diario.

No cuento todo esto como excusa: los errores (que los hay, claro) son errores (cuando uno acepta unas condiciones de trabajo las acepta con todas las consecuencias), sin más. Lo cuento para que se entienda la gran variedad de formatos y tamaños que se encontrarán en las críticas de conciertos que iré colgando por aquí. Ayer tenía mucho que decir de Zimmermann e incluso más del Schönberg de Halffter, pero el espacio era muy reducido y tuve que hacer equilibrios en el alambre para conjugar información y juicio; eso por no hablarles del titular, que se me comía la transfiguración...

[Usamos un sistema de estrellas para calificar los espectáculos, que van de 0 a 5. Un bolo negro significa muy malo; una estrella, malo; dos, aceptable; tres, bueno; cuatro, muy bueno; cinco, excepcional]

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenas tardes. En primer lugar quería agredecer que comparta con todos su sabiduría musical. Estaba interesado en adquirir una versión de la Novena de Beethoven por Furtwängler en el Festival de Lucerna de 1954 (Tahra). Al parecer en España es distribuido por Diverdi pero al preguntar en la distribuidora me han dicho que de momento no lo tienen disponible. ¿Sabría decirme si hay alguna tienda por internet donde pudiera adquirir esta versión en concreto? Muchas gracias.

Pablo J. Vayón dijo...

Gracias por su comentario.
Puede mirar en JPC, que es una de las tiendas más serias que hay en Internet, y ya puesto le recomiendo que se dé una vuelta por las ofertas, pues hay auténticas gangas, sobre todo del sello CPO.