REAL ORQUESTA SINFÓNICA DE SEVILLA
16º y último programa de abono de la Temporada 2007-08. Solista: Ruth Ziesak, soprano. Director: Pedro Halffter. Programa: Sinfonía nº4 en sol mayor de Gustav Mahler. Lugar: Teatro de la Maestranza. Fecha: Viernes 20 de junio. Aforo: Tres cuartos de entrada.
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SENSUAL MAHLER SIN ASOMO DE SARCASMO
La de ayer era una buena noche para comprobar si la especial afinidad que tanto Pedro Halftter como la Sinfónica de Sevilla vienen demostrando desde hace tiempo con la música del tardorromanticismo centroeuropeo alcanza también a Mahler, ese singularísimo compositor y director que, en afortunada caracterización de Antonio Muñoz Molina, "ensanchó los límites de la sinfonía para contener el mundo". Y es que en Mahler domina siempre la ambigüedad de los significados: lo sublime y lo chabacano, lo sensible y lo grotesco, el paraíso y el infierno, lo urbano y lo rústico, el palacio y la calle, la infancia y la decadencia, todo marcado casi siempre con la idea de la muerte, conviven en sus sinfonías en tan estrecha comunidad que o se acierta con el peso que corresponde a cada elemento o sus obras terminan convertidas en una prosaica sucesión de abigarrados fenómenos sonoros.
Por lo escuchado anoche, no dudo de que Pedro Halffter puede llegar a ser un muy buen director mahleriano, pero aún le falta algo para conseguirlo, y es que el sarcasmo, ese recurso que el compositor bohemio utilizó de forma magistral para compensar el peso de lo trascendente, apenas salió a relucir en una interpretación que fue, por otro lado, un modelo de flexibilidad, equilibrio y administración de los contrastes.
La ROSS mostró una vez más su buena forma, porque Halftter, con un gesto acaso más vehemente que de costumbre, supo conseguir no sólo el empaste que en él es ya habitual, sino una riquísima variedad de matices. El muy elástico tratamiento de la agógica, que le permitió combinar frases largas y mórbidas con cortantes pasajes en staccato, la infinidad de cambios en las dinámicas (a veces, compás a compás) creó una notable sensación de frescura, de inmediatez. El generoso rubato combinado con un muy bien planificado crescendo de la coda del primer movimiento lo ejemplificó a la perfección. Pero al Scherzo le faltó garra, ironía, el riesgo de dejar al margen por un momento la sensual belleza del sonido para penetrar con más descaro en lo burdo. Sobró ahí un poco de esa sonoridad muelle, redondísima y envolvente que abrigó el movimiento lento y que en el final contó con una Ruth Ziesak que dio al poema del Wunderhorn el tono naïf que todos esperaban.
[Publicado en Diario de Sevilla el sábado 21 de junio de 2008]
1 comentario:
PARA COMPARAR ESTA CRÍTICA CON LA APARECIDA EN ABC DE SEVILLA EL 22-JUNIO:
Turiferarios
Dícese de quienes se dedican a esparcir incienso en honor de alguien o algo. Pues en Sevilla ya hace tiempo que provoca sonrojo y vergüenza ajena cierto crítico del diario local de la breve cabecera que parece haberse adjudicado la función de turiferario del director artístico de la orquesta y el teatro locales. No sólo no desaprovecha sus críticas para lanzar pullas contra los críticos disidentes, sino que las convierte en continua y meliflua alabanza hacia su protegido, a quien ha llegado últimamente a comparar con lo que hizo Rattle en Birmingham y cuya ausencia de la ciudad sería, según el turiferario orgánico y cada vez más sordo, una catástrofe para la vida musical sevillana. Y eso que no hablo del contenido técnico de sus críticas, porque simplemente no existe. En ellas sólo se pueden leer plagios del programa de mano y los consabidos cantos de alabanza al director artístico a cuya sonada llegada a Sevilla tanto colaboró (con alguna traición propia de Judas de por medio). Ni que decir tiene que las treinta monedas las ha cobrado con muchas creces.
Pizarro
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