VIOLÍN BARROCO, ALMA ROCKERA
Monica Huggett (Londres, 1953) sigue siendo una referencia internacional del violín barroco. Como principal directora invitada de la Orquesta Barroca de Sevilla, ha pasado unos días trabajando con el conjunto hispalense para el concierto del Día Europeo de la Música, que ofrecieron ayer en la iglesia de San Antonio de Padua con un programa que repetirán a principios de julio en el Festival de Aracena.
-¿Cuál es su actividad básica actualmente?
- Soy la directora artística de la Orquesta Barroca de Irlanda y de la Orquesta Barroca de Portland, pero hago otras muchas cosas. Además desde septiembre de 2009 dirigiré el Departamento de Música Antigua de la Escuela Juilliard en Nueva York, que es un trabajo que me ilusiona, porque en la costa este de los EEUU la situación de la música antigua es muy mala. Es una gran oportunidad para mí. Me he comprometido a pasar 20 semanas al año en Nueva York. Eso es mucho tiempo, mucho trabajo, así que tendré que reducir algo mis otras ocupaciones.
-Incluida su vinculación con la Orquesta Barroca de Sevilla...
- Sí, la verdad es que últimamente no sé muy bien qué ha pasado que me han llamado menos, pero a partir de que empiece en la Juilliard será difícil encontrar sitio para más de un proyecto al año.
-¿Cómo es su relación con la OBS?
-Estupenda. Es un grupo que me gusta mucho y que creo que ha progresado muchísimo en los últimos años. Es una orquesta con espíritu, con alma, con una complicidad entre todos sus miembros que transmite mucho en los conciertos y yo me siento muy cómoda trabajando con ella, porque a mí me gusta esa forma extravertida de tocar. Es curioso porque muchos de los miembros de la orquesta estudiaron en Holanda y eso crea una mezcla entre el carácter español y la disciplina holandesa que me parece muy interesante.
-¿Y qué tal se siente en Sevilla?
-Me encanta. Hay sitios donde me cuesta mucho tocar. Por ejemplo, en Alemania. Acabo de participar en el Festival de Wurzburg, y es todo tan serio, tan formal, todos tan impecablemente vestidos... En cambio aquí en Sevilla disfruto muchísimo en los conciertos. Es fantástico que nuestras actuaciones sean gratuitas. La gente abarrota las iglesias y se les nota entusiasmados, sedientos de música, no van por cumplir ningún rito social, sino porque les gusta lo que les ofrecemos. Me entristece que la música clásica siga siendo en ocasiones un fenómeno tan elitista, que llegue a tan poca gente. En ese sentido creo que nos falta algo de lo que tienen el pop y el rock para atraer a los jóvenes. A menudo pienso que quizás tendría que haberme dedicado al rock.
-Me decía antes que este año había conocido la Semana Santa de Sevilla, ¿qué tal?
-Uauuuuu, fantástico, increíble. Es todo tan tan..., no quiero ser irrespetuosa, pero diría que tan salvaje. Me quedé fascinada. Me pareció algo que tiene raíces muy muy antiguas, yo diría que incluso anteriores al Cristianismo. Encontré ahí el fuego, la tierra... Y luego esas bandas de música con esos instrumentos... cómo se llaman...
-¿Cornetas?
-Sí, cornetas... Algo tan básico y a la vez tan cercano. Me encantó. En general adoro toda la música de tradición católica. Yo tengo antecedentes irlandeses y tuve una formación católica, así que sé de lo que hablo. Me parece triste que apenas encontremos sitios adecuados para poner esa música tan maravillosa.
-¿Trabaja como solista o directora con orquesta sinfónicas?
- He hecho algo, pero poco. Consume muchas energías. Para hacer conciertos con orquestas sinfónicas tienes que tener un repertorio que domines perfectamente y tienes que explicar cada cosa que haces. Los músicos de las orquestas sinfónicas no están entrenados para tener ideas musicales propias, sólo piensan en tocar las notas, y me resulta muy difícil trabajar en esas condiciones.
-Algún compositor o estilo que no haya hecho nunca y le interese...
- He hecho prácticamente todo lo que quería hacer. En ese sentido he tenido mucha suerte. Hay algunas cosas, como la ópera de Haendel, que pienso que podrían hacerse mejor de lo que se hacen, y a lo mejor yo podría aportar algo. Eso sí, no querría morirme sin haber tocado antes el Quinteto en do mayor de Schubert, uff, qué música.
[Publicado en Diario de Sevilla el domingo 22 de junio de 2008]
P.S. Esta entrevista es un extracto de la larga conversación que mantuve con Monica Huggett en un hotel de Sevilla el pasado jueves. Su versión extensa aparecerá en la revista Scherzo no sé cuándo, pero aparecerá. El titular que figura aquí es el que se me ocurrió como original, pero el libro de estilo de Diario de Sevilla obliga a titular las entrevistas con una cita entrecomillada, de ahí las diferencias con lo publicado en el periódico. Muchas gracias a Ventura Rico, que me ayudó con el inglés. Las fotos son mías.
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