La noticia tendría que ser que no hay noticia, pero no es así: después de 25 ediciones, por primera vez un músico profesional toma la dirección del Festival de Música Antigua de Sevilla. Fahmi Alqhai (Sevilla, 1976), uno de los violagambistas más reputados del mundo, trata de asumirlo con normalidad. "Si medimos por los parámetros españoles, está claro que esta situación es poco habitual, pero en Europa resulta común: por ejemplo, en Finlandia no hay festivales de música que no sean dirigidos por músicos; en Austria, René Jacobs o Nikolaus Harnoncourt dirigen también festivales... Las ventajas me parecen evidentes: un profesional de la música, que sabe cómo se mueve este mundo porque lo vive a diario, no sólo programa con más conocimiento de lo realmente valioso, sino que puede negociar en un plano de igualdad con otros músicos, evitando muchas veces determinados escalones de gestión que son costosos."
La edición 26 del
Femàs se abre el próximo día 22 de marzo con un concierto de la Accademia del Piacere, el grupo del propio Alqhai, quien quiere despejar cualquier duda sobre el uso personal de su cargo. "No me importa contarlo una vez más: el concierto de apertura es un homenaje a la ciudad de Sevilla, con polifonía sevillana del siglo XVI, que me encargaron para la edición de 2008 y contaba con una subvención de la Junta de Andalucía, pero el año pasado hubo demasiada improvisación, los plazos fueron muy cortos y la producción no estuvo a punto, así que se decidió posponerla para este año, por supuesto antes de que yo asumiera la dirección del Festival. En cuanto a la presencia de Il Suonar Parlante, el
consort de violas en el que toco, estaba también programado, pues cuando yo tomé las riendas del certamen se había decidido ya que Vittorio Ghielmi fuera el artista residente de la Semana de la Viola
da Gamba, y no se entendería esa residencia de Ghielmi sin su grupo."
Son precisamente las actividades sobre la viola
da gamba las que centran la primera semana del Festival. Alqhai no se cansa de insistir en la relevancia de Sevilla en el mundo de la viola, por lo que considera importante que "la ciudad pueda ser el centro de atención por unos días de las miradas de todos los que tienen algo que decir sobre el instrumento". Por eso, la fase eliminatoria del concurso, que en la anterior edición se hizo a distancia, este año se celebra también en la ciudad. Además, "los cursos tienen mucha aceptación; para la
masterclass de Jordi Savall hemos tenido peticiones del extranjero". La presencia del gran violista catalán es motivo de orgullo para el sevillano. "Savall hace un gran esfuerzo por estar en Sevilla, porque por agenda resultaba casi imposible, pero al final encontramos un hueco y en ese pequeño hueco, que es de un día, no sólo nos ofrece una clase magistral, sino que va a hacer una sesión doble de su concierto, ya que las entradas para el recital programado se agotaron enseguida, y ha aceptado darlo dos veces, lo que, por infrecuente, es muy de agradecer."
En cualquier caso, para Alqhai, la enseñanza que se debe sacar de este caso es que hay que fortalecer la estructura del propio Festival. "No puede ser que estemos programando en septiembre un ciclo de conciertos que se va a celebrar en marzo. Las agendas de los músicos se cubren con años de antelación, y si se quiere una línea de programación coherente y sólida hay que trabajar con mucho más tiempo, al menos con un año, porque si no, te encuentras con que tienes que programar con aquello que queda en el mercado, no necesariamente lo mejor ni lo más conveniente. Si quiere seguir creciendo, el Festival de Sevilla necesita una estructura permanente, una oficina que trabaje todo el año: todo lo que sea invertir en esa estructura redundará en la mejora de los resultados artísticos; incluso aunque al principio haya que reducir el número de actos o renunciar a algún que otro gran nombre, a la larga será mejor. También la difusión y la publicidad, en las que hay todavía que profundizar, y que hechas con tiempo resultan más cómodas, baratas y eficaces."
Aparte las actividades formativas y el concurso, el Femàs constará este año de 20 conciertos (22, si se cuenta la doble sesión de Savall y la fanfarria de llamada de los Ministriles Hispalensis en la escalinata de El Salvador el día de la inauguración), de los cuales, siguiendo la tendencia de las últimas ediciones, un número importante está reservado a los conjuntos sevillanos, lo cual parece al director del certamen algo normal. "Puede que Accademia, la OBS, Artefactum o More Hispano sean la punta de lanza de la música antigua en Sevilla, pero la realidad es mucho más rica, y dar voz a conjuntos con menos proyección pero de una calidad que me parece indiscutible, es algo que se cae por su propio peso: nos garantizamos buenos conciertos a precios muy competitivos y estamos dando opciones para que nuestros mejores músicos puedan ofrecer su trabajo en un escaparate de primer nivel como es el Femàs. Renunciar a hacerlo así me parecería estúpido."
En cualquier caso, las posibilidades de disfrutar de la mejor música antigua serán en las dos semanas del certamen muy variadas. "Cualquier persona con un mínimo de sensibilidad puede encontrar algo que le atraiga. Para mí cada concierto es como una perla; todas juntas forman una suntuosa joya, que es la que termina dando sentido al esfuerzo de quienes estamos detrás. Me resulta imposible escoger algo que recomendar, pero de verdad que cualquiera puede disfrutar de esta música siempre que se acerque a ella sin complejos ni prejuicios: yo mismo llegué a la música antigua desde el rock."
[Publicado en Diario de Sevilla el lunes 9 de marzo de 2009]
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