miércoles, 10 de diciembre de 2008

España en marcha (3)

Sánchez Verdú en Kairos
José María Sánchez Verdú (1968): ORCHESTRAL WORKS

1. Alqibla (1998)
Junge Deutsche Philharmonie
Director: Lothar Zagrosek

2. La rosa y el ruiseñor, para soprano, barítono, tres violas da gamba y orquesta (2005)
Claudia Barainsky, soprano
Gabriel Suovanen, barítono
Banchetto musicale
Orquesta de la Suisse Romande
Director: Marek Janowski

3. Elogio del horizonte, para clarinete y orquesta (2005-07)
Joan-Enric Lluna, clarinete
Orquesta Nacional de España
Director: Miguel Harth-Bedoya

4. Ahmar-aswad (2000-01)
hr-Sinfonieorchester
Director: Pascal Rophé

5. Paisajes del placer y de la culpa (2003):
I. Jardín de vidrio
II. Jardín de seda
III. Jardín de oro

hr-Sinfonieorchester
Director: Peter Rundel
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KAIROS 0012782KAI (Diverdi) [70'03'']
Grabaciones: Agosto de 2000 (1), Diciembre de 2003 (5), Marzo de 2005 (4), Febrero de 2006 (2) y Junio de 2007 (3)


He comentado ya muchas veces la fascinación que me producen casi todas las obras de Sánchez Verdú, en especial las orquestales, que es donde el músico puede jugar a sus anchas con amplios espectros tímbricos, combinar en toda su extensión las más diversas formas imaginables de producción del sonido y conseguir texturas originales y de extraordinaria sensualidad, trabajadas con una exquisitez y a un nivel de detalle asombrosos: todo parece en ellas perfectamente previsto y controlado por la mente del artista, pero la sensación nunca es de rigidez ni de academicismo, sino de libertad y sorpresa. Paisajes del placer y de la culpa me parece, sin más, una de las mayores obras sinfónicas escritas en lo que llevamos de siglo. Frente a esa idea tan romántica del artista que sufre mientras crea, yo imagino a Sánchez Verdú gozando mientras juega con los armónicos de la cuerda y el clarinete hasta obtener con exactitud el efecto deseado, igual que debió gozar Cortázar mientras amalaba el capítulo 68 de Rayuela o Paul Klee mientras ideaba nuevas combinaciones de colores. Sin embargo, ni Elogio del horizonte ni La rosa y el ruiseñor, las dos obras que no conocía de este disco, me han causado la sensación de regocijo y asombro que me provocaron las primeras audiciones de Alqibla, Taqsim o Paisajes, aunque supongo que ello se debe a mi progresiva familiarización con el lengujae del autor. Son obras por otro lado magníficas en su estructura, en sus permanentes referencias cruzadas (en Sánchez Verdú es fácil hallar siempre una dialéctica entre lo antiguo y lo moderno, lo oriental y lo occidental, lo intelectual y lo sensual) y en su explotación puramente física de los recursos sonoros manejados, pero por momentos he sentido la sensación de cierto estancamiento o, por decirlo de otro modo, de un acomodamiento en una fórmula exitosa, lo cual tampoco resultaría censurable, si no fuera porque me parece que va contra el mismo carácter de Sánchez Verdú, por lo que lo conozco, espíritu inquieto e indagador por naturaleza.


Sánchez Verdú: Ahmar-aswad. [8'40''] hr-Sinfonierochester. Pascal Rophé.

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1 comentario:

Anónimo dijo...

Esos Paisajes del Placer y de la Culpa son sencillamente extraordinarios, y añadiría que fascinantes (no me atrevo a decir que etimológicamente fascinantes :D). He perdido la cuenta de veces que los he grabado para amigos diversos, que desconfiaban de las bondades que yo les cantaba de Sánchez-Verdú. La Rosa y el Ruiseñor es también uno de los paisajes más sobresalientes de El Viaje a Simorgh. Recuerdo con encanto su visión de los colores, e incluso me gustó mucho aquella obrita -no recuerdo el título- que apareció en el homenaje a las víctimas del 11M. Ahora bien, esa insinuación que haces acerca del posible estancamiento de José María me parece sumamente acertada... tal vez porque hace algún tiempo que vengo pensando lo mismo. Y de hecho, recurro más a sus obras más antiguas que a las nuevas, porque parece que me dicen más, o al menos lo que entonces decían me sigue pareciendo menos impostado que lo de ahora. Y de hecho, no deja de resultarme extraño que grabe y grabe sin cesar las mismas piezas (de algunas ya hay hasta tres versiones, y yo creo que para la edad del chico ya está bien). Espero que no se le haya secado la fuente y por eso achique tanto... Quise oír su último trabajo, lo que hizo en León sobre Gamoneda, pero me fue imposible acercarme, a pesar de tener casa allí... Me interesaba esa conjunción de lenguajes y espacios, no he logrado hablar con nadie que me dé una opinión fiable.
Besos.