Para su temporada 2006-07, el Covent Garden de Londres decidió presentar una nueva producción de Carmen que viniera a sustituir a la antigua de Nuria Espert (aquella que inaugurara la temporada lírica de la Expo’92 de Sevilla), para lo cual los responsables del teatro contaron con otra mujer, Francesca Zambello, y buscaron como protagonistas a dos emergentes estrellas del canto, la soprano italiana (con pasado de mezzo) Anna Caterina Antonacci y el tenor alemán Jonas Kaufmann, que debutaban en sus respectivos papeles.
No resulta fácil acertar con el tono escénico que requiere hoy la obra maestra de Bizet, que arrastra desde siempre una pesada carga de símbolos y tópicos. Si uno trata de eludirlos todos (y presenta por ejemplo a los protagonistas sobre relucientes motocicletas, como hiciera Bieito), puede caer con facilidad en la impertinencia o el ridículo; si opta por dejarse llevar por ellos, es posible que la obra derive hacia la postal turística o el vulgar kitsch.
Zambello ha querido tomarse cierta distancia con el empleo de una escenografía minimalista, pero luego la ha llenado de todos los tópicos de la iconografía sevillana que se le han puesto a mano: un pobre naranjo solitario aparece en el primer acto (aunque esto sí es muy de nuestro tiempo, a decir verdad), el inevitable cuadro flamenco abre el segundo, todas las cigarreras se abren de piernas con desarmante naturalidad, los dragones son guardias civiles, Escamillo irrumpe a lomos de un caballo (desde el que canta incluso la primera parte de su aria), un pollino figura en el equipo de los contrabandistas, las banderillas llevan los colores de la bandera de Andalucía (¡en el siglo XIX!, pues el muy vistoso vestuario es de época) y hasta un remedo de paso de palio surge por una esquina en una tarde de toros... Si a eso se une una dirección de actores que, salvo en la espléndida escena final, resulta más bien errática y corta de sutilezas, los resultados globales son poco estimulantes.
Sin embargo, musicalmente Pappano hace un trabajo extraordinario, con tempi siempre adecuados, fraseo elegante, suntuosidad tímbrica y gran cantidad de matices, puestos al servicio del canto. Antonacci da sin duda una sensual y seductora imagen de Carmen, pero su actuación se va diluyendo, y tras un primer acto más que notable (soberbia Habanera y más que brillantes Seguidillas) cae en una rutina de la que sólo la saca la imponente escena final. En ella se luce también un Jonas Kaufmann de voz ancha y caudal generoso, pero que sabe recoger con lirismo en su aria de la flor, en especial en un final fraseado con absoluta delectación y buen gusto. Rotundo aunque algo monolítico en lo expresivo el Escamillo de Ildebrando D’Arcangelo e irrelevante y manida la imagen cursi que de Micaela da Norah Amsellem. En cambio, los papeles menores están servidos maravillosamente por Elena Xanthoudakis, Viktoria Vizin, Jean-Sébastien Bou y Jean-Paul Fouchécourt. ¡Ay, Carmen!
Georges Bizet (1838-1875): CARMEN opéra comique en cuatro actos con libreto de Henri Meilhac y Ludovic Halévy a partir de la novela homónima de Prosper Merimée (edición de Fritz Oeser)
Anna Caterina Antonacci, soprano (Carmen) Jonas Kaufmann, tenor (Don José) Ildebrando D'Arcangelo, bajo (Escamillo) Norah Amsellem, soprano (Micaëla) Elena Xanthoudakis, soprano (Frasquita) Viktoria Vizin, mezzosoprano (Mercédès) Jean-Sébastien Bou, barítono (Dancaïre) Jean-Paul Fouchécourt, tenor (Remendado) Matthew Rose, barítono (Zúñiga) Jacques Imbrailo, barítono (Moralès) Caroline Lena Olsson (Lillas Pastia) Anthony Debaeck (el Guía) The Royal Opera Chorus The Orchestra of the Royal Opera House Director: Antonio Pappano
Dirección de escena: Francesca Zambello Escenografía: Tanya McCallin Iluminación: Paule Constable Coreografía: Arthur Pita
Realización del vídeo: Jonathan Haswell ---------- DECCA DVD 074 3312 (Universal) [152'] Grabación: Diciembre de 2006
Sí, verde, blanca y verde, cara... Y cualquiera que conozca mínimamente Sevilla y se nota que Zambello se ha pasado por aquí, sabe que la temporada de toros empieza el Domingo de Resurrección, y en la tarde del Domingo de Resurrección no hay pasos por las calles de Sevilla...
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3 comentarios:
Sí, bueno, el borriquillo y el paso todavía, pero la bandera andaluza... pffffff
Sí, verde, blanca y verde, cara... Y cualquiera que conozca mínimamente Sevilla y se nota que Zambello se ha pasado por aquí, sabe que la temporada de toros empieza el Domingo de Resurrección, y en la tarde del Domingo de Resurrección no hay pasos por las calles de Sevilla...
Vilo, y atraganteme.
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