jueves, 14 de agosto de 2008

Las voces de un maestro

Fahmi Alqhai (© Luis Castilla)
FAHMI ALQHAI

Noches en los Jardines del Real Alcázar. Intérprete: Fahmi Alqhai, viola da gamba. Programa: The Spirit of Gambo (obras de Tobias Hume, Marin Marais, Antoine Forqueray y Carl Friedrich Abel). Lugar: Jardines del Real Alcázar. Fecha: Martes 12 de agosto. Aforo: Lleno.

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LAS VOCES DE UN MAESTRO

Durante siglos, la voz humana fue la medida musical también para los instrumentos, cuyo potencial era juzgado en función de su semejanza con aquélla. La cuestión era más importante de lo que pueda parecer hoy, al punto de que no faltaron discusiones acaloradas ni polémicas sesudas acerca de cuál era el instrumento más capacitado para reproducir todas las inflexiones vocales. En el siglo XVI, la corneta tuvo desde este punto de vista la máxima reputación, pero pronto fue sustituida por el violín y ya avanzado el XVII por la viola da gamba, cuya extraordinaria flexibilidad parecía en efecto responder a la gran variedad de matices de las facultades vocales de los hombres.

El martes pasado Fahmi Alqhai se convirtió en un gran defensor de la humanidad de la viola, que presentó en todas sus posibilidades tímbricas y expresivas para el que ha sido sin duda uno de los mejores conciertos al que he tenido ocasión de asistir en las nueve temporadas de este ciclo. Alqhai hizo un bello recorrido por varias tradiciones nacionales, la creada en Inglaterra por el capitán Tobias Hume, la desarrollada en Francia, que marca el punto de madurez y dominio de la viola, y la de sus estertores finales en tierras del Imperio, que representó Abel.

Su voz se alzó personalísima ya desde un Hume pleno de vitalidad, carácter y transparencia, pero donde alcanzó una cima difícilmente superable fue en un Marais sencillamente prodigioso, tocado con una fluidez, una flexibilidad, una elegancia y una variedad de matices expresivos que casi deja en segundo plano la soberana lección de técnica, de dominio virtuoso de un instrumento que parece prolongación no del brazo, sino de la mente del artista. El arranque con Le Badinage fue ya portentoso: los sutiles contrastes de dinámicas, las pequeñas retenciones de tempo, los juegos con el color dieron a la pieza un carácter casi intemporal. Tan magistral como L’Arabesque, de agilísima y precisa articulación, como Les voix humaines (¡cómo no!), intensísima y delicada al tiempo, o como La Guitarre, en que presentó todo un muestrario de las posibilidades camaleónicas de la viola. Apoteósica la dificilísima y sofisticada chacona de Forqueray, obsesiva en la repetición siempre sutilmente variada del bajo, antes de que con Abel, Fahmi mostrara los esfuerzos que hizo la viola en la segunda mitad del siglo XVIII por no verse marginada de la práctica magistral. Todo fue inútil, tuvieron que pasar dos siglos para que el instrumento resucitara de la mano de maestros como este sevillano que es hoy ya, sin discusión, uno de los más grandes violagambistas de nuestro tiempo.

[Publicado en Diario de Sevilla el jueves 14 de agosto de 2008]

3 comentarios:

Mei dijo...

Marais en Les voix humaines nos muestra el potencial de la viola de gamba...

Eso sí, el intérprete ha de ser muy bueno para que nos llegue todo lo que puso Marais en la pieza...

Me hubiera gustado presenciar este concierto...

No conocía a Fahmi Alqhai, al leer esta crónica ahora tengo curiosidad por saber más de él...

Pablo J. Vayón dijo...

Fahmi es muy muy bueno, pero nació en Sevilla, lo cual para muchos programadores españoles sigue siendo tristemente un demérito. En su página web puedes escuchar algunos archivos de audio.

Mei dijo...

Gracias, Pablo...