sábado, 1 de noviembre de 2008

La música de la materia

Del mismo modo que las cuerdas de un violín o de un piano tienen unas frecuencias de resonancia predilectas a la hora de vibrar –pautas que nuestros oídos perciben como las diversas notas musicales y sus armónicos más altos– así sucede con los bucles de la teoría de cuerdas. Sin embargo, ya veremos que, en vez de producir notas musicales, cada una de las pautas o modelos de vibración preferidos de una cuerda dentro de la teoría de cuerdas se presenta como una partícula cuyas cargas de fuerza y de masa están determinadas por el modelo de oscilación de la cuerda. El electrón es una cuerda que vibra de un modo, el quark alto es otra que vibra de otro modo, y así en general. Lejos de ser una colección de hechos experimentales, las propiedades de las partículas dentro de la teoría de cuerdas son la manifestación de una única característica física: los resonantes modelos de vibración -es decir, la música– de los bucles de cuerdas fundamentales. La misma idea es asimismo aplicable a las fuerzas de la naturaleza. Veremos que las partículas de fuerza también están asociadas con modelos específicos de vibración de cuerdas y por tanto todo, toda la materia y todas las fuerzas, está unificado bajo la misma rúbrica de oscilaciones microscópicas de cuerdas, es decir, las "notas" que las cuerdas pueden producir.

[Brian Greene, The elegant universe (El universo elegante: supercuerdas, dimensiones ocultas y la búsqueda de una teoría final), 1999
Traducción al castellano de Mercedes García Garmilla. Crítica (col. Drakontos), Barcelona, 2001]


[A la posibilidad de alcanzar una Teoría del todo, que muchos físicos aspiraban conseguir a partir de las supercuerdas, no cesan de planteársele objeciones, la última el teorema de Wolpert, que aquí se presenta con notable claridad]

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que el señor Pigliucci mezcla churras con merinas, no sé si conscientemente, y habla con cierta alegría de cosas, en efecto, muy técnicas. La teoría del todo nada tiene que ver con Gödel, sino con una fuerzas concretas: es más modesta de lo que su nombre indica.

Un saludo
CS

Pablo J. Vayón dijo...

Coño, Simpson, ya sé que el físico eres tú, pero, si yo no soy muy torpe y lo he entendido fatal, la Teoría del todo pretende encontrar un marco en el que se expliquen a la vez la relatividad y la cuántica. Si eso es un objetivo modesto, yo no sé ya lo que significa la palabra 'modestia'. Incluso los reduccionistas no pueden menos que aceptar que encontrar algo así proporcionaría para siempre, y en palabras del propio Brian Greene, "un pilar inmutable de coherencia, garantizándonos que el universo es un lugar comprensible". Otra cosa es que en la práctica se trabaje sobre las propiedades de las fuerzas que hacen que las partículas interaccionen entre sí, pero las implicaciones que de ahí se derivan tienen una trascendencia extraordinaria para hallar ese marco común que pueda explicar a la vez lo minúsculo y lo inmenso.

Anónimo dijo...

En principio "sólo" se trata de unificar las fuerzas hoy conocidas, es decir, escribirlas como un solo campo (sin necesitar postular tres, como hasta ahora). Cierto es que eso implica obligatoriamente, para empezar, escribir las fuerzas que ya conocemos (gravedad, fuerte y electrodébil) en el formalismo cuántico, que es la mecánica vigente, y eso no se ha hecho aún con la gravedad. De ahí que se cite la incompatibilidad actual entre relatividad (r. general = gravedad) y cuántica. También es verdad que con esto y otra breve serie de postulados tenemos el mecano universal montado (y de ahí el pretencioso nombre, medio irónico), pero me parece peligroso mezclar estos concretos asuntos con demonios de Laplace, gatitos de Schrödinger o el teorema de Gödel... que va por el lado de la lógica. De hecho hay más postulados e historias de por medio además de la unificación de fuerzas, que es, nada más eso, la TOE.

Salud, P.