viernes, 23 de octubre de 2009

España al aire (2)

Música de cámara de Francisco Guerrero por el Grup Instrumental de Valencia
FRANCISCO GUERRERO - CHAMBER MUSIC

Pilar Jurado y Jacqueline Squarcia, sopranos (en 3)
Grup Instrumental de València
Director: Joan Cerveró

Francisco Guerrero (1951-1997):
1. Concierto de cámara, para flauta, clarinete bajo y cuarteto de cuerdas (1977)
2. Delta Cephei, para dos clarinetes en si bemol, violín, viola y violonchelo (1992)
3. Vâda, para dos sopranos, flauta, oboe, clarinete bajo, dos percusionistas y cuarteto de cuerdas (1982) [Jorge Guillén]
4. Ars combinatoria, para piccolo, oboe, contrafagot, trompa en fa, trompeta en re y trombón tenor-bajo (1979-80)
5. Anemos C, para dos flautas, dos oboes, dos clarinetes, dos fagotes, dos trompas y dos percusionistas (1976)
6. Hyades, para flauta baja, trombón, contrabajo y cinta magnética (1994)
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ANEMOS C33001 (Diverdi) [49'29'']
Grabación: Enero de 2007


Enfant terrible de la música española de vanguardia, de Francisco Guerrero se repiten siempre las mismas ideas básicas: carácter difícil en un artista genial, que combinó en su música el uso de estrictos modelos matemáticos con una formidable energía y una fuerza telúrica (este adjetivo se usa mucho) que linda con la violencia, lo que lo relacionaría estrechamente con el arte de un Xenakis. Todo ello me parece cierto, pero con repetirlo una y otra vez se corre el riesgo de convertir al compositor y a su obra en una suerte de estereotipado espejo al que cada cual se acerca para recibir justo los reflejos que fue a buscar. Y si algo tiene la música de Guerrero es justamente su radical singularidad, su capacidad de sorpresa, su carácter refractario a la rutina y los estereotipos. Hay que sentarse a escuchar la música de Guerrero sin prejuicios, siempre como si fuera la primera vez. Y por supuesto hay que interpretarla así, y esa es justamente la principal virtud que encuentro en estas versiones del conjunto de Joan Cerveró: un acercamiento limpio, directo, incluso agresivo, en el que se valora por encima de todo la belleza del sonido, su poder de comunicación más allá de las reglas con las que se organiza y el discurso intelectual en el que éstas descansan. Uno no necesita saber nada de combinatoria ni de fractales para disfrutar de la música de Guerrero, ni siquiera tiene que haber oído hablar de qué cosa sean los fractales. Se trata de sentarse y escuchar. Y esa experiencia siempre es distinta. Vuelto a escuchar este disco, me sorprende la sensualidad de Ars Combinatoria, la luminosidad del Concierto de cámara, las rugosidades casi táctiles de Anemos C, la planitud acariciante de Hyades. Es esta fisicidad de la música de Guerrero, que percibo en permanente transformación, la que la hace especialmente atractiva para mí. Incluso Vâda, que me parece la peor de las piezas aquí incluidas y cuyo tratamiento de la voz (ese poema de Jorge Guillén más destruido que deconstruido) suena, esta vez sí, a demasiado repetido y vulgar, me toca como cosa nueva.


Guerrero: Vâda. [5'27''] Jurado, Squarcia. Grup Instrumental de València. Cerveró.


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1 comentario:

Manuel López-Benito dijo...

Pablo felicidades por tan acertada reseña sobre la obra y la música de Guerrero, y sobre todo sobre la forma de aproximarse a ella como intérprete y como oyente.

También te felicito por tu portal.

Un saludo,

Manuel