viernes, 16 de abril de 2010

Detalle sin sustancia

Nathalie Stutzmann con la ROSS en una anterior visita al Teatro de la Maestranza
ROSS

13º de abono de la Temporada 2009-10. Solista: Nathalie Stutzmann, contralto. Director: Paul Goodwin. Programa: Obertura de las Hébridas de Mendelssohn; Noches de estío de Berlioz; En un jardín de verano de Delius y El pájaro de fuego (Suite de 1919) de Stravinski. Lugar: Teatro de la Maestranza. Fecha: Jueves 15 de abril. Aforo: Media entrada.

* * *

DETALLE SIN SUSTANCIA

La contralto francesa Nathalie Stutzmann se está convirtiendo en una habitual de los escenarios sevillanos. No hay año que no la tengamos una o dos veces con nosotros. Ayer volvió a colaborar con la ROSS con uno de esos ciclos que hacen las delicias de cualquier cantante, las Nuits d'été de Berlioz. Paul Goodwin redujo considerablemente la orquesta conocedor de que la voz de la cantante no es grande (en alguna visita anterior sufrió demasiado en el Maestranza por esta razón) y Stutzmann recompensó con una interpretación muy matizada y expresiva (especialmente en los pasajes más sombríos) y de graves por completo espectaculares, aunque acaso algo monocroma. La orquesta fue capaz de crear, de cualquier forma, la tornasolada atmósfera que exigen las canciones, aunque con una sonoridad más camerística que sinfónica.

Goodwin, un gran oboísta crecido en el mundo del Barroco, había ofrecido antes un Mendelssohn de amplio aliento y, tras la pausa, un Delius bien equilibrado entre las atmósferas impresionistas y el preciosismo melódico que va pasando de unas secciones a otras de la orquesta.

Algo más discutible resultó su Stravinski, hecho con una atención al detalle que le hizo perder la visión de conjunto. La "Ronda de las princesas" resultó demasiado blanda en acentos, con algunas intervenciones solistas más bien desangeladas (violonchelo) y, aunque puede entenderse todo ello como algo premeditado para enfatizar el contraste con el acorde en fortissimo del principio de la "Danza infernal de Katstchei", el edificio se resintió. Aunque hubo finura en las formas, faltó tensión en demasiados pasajes (otra vez en la "Berceuse") y en el "Final" el maestro británico trató de ser demasiado original con unos cortantes acordes en staccato que no resultaron muy lucidos y luego con un estrepitosamente fallido piano subito antes del crescendo definitivo, que apenas sirvió como liberador de toda la tensión (mal) acumulada.

[Publicado en Diario de Sevilla el viernes 16 de abril de 2010]

Wikio

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues sí. A mí el Stravinsky me pareció muy inglés: un sonido muy bonito, todo muy soso. Es lo mismo de siempre de los británicos, para bien y para mal, hagan música trovadoresca, Bach o Sanchez-Verdú.