Los Brandeburgo por Zefiro y Bernardini en el Maestranza
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Enorme éxito de público –poquísimas entradas sin vender, cálidos aplausos–
el de la interpretación ayer sábado 4 de mayo en el Teatro de la Maestranza
de...
Hace 5 horas
1 comentario:
Adoro a Bernstein, pero no sé por qué. El comienzo de su 5ª de Beethoven es catastrófico. Por ejemplo: corta los calderones, creando toda una parte de silencio de más, y todo eso lo hace simplemente porque carece de recursos técnicos para poder controlar a su masa sonora. Es impensable que un pianista como Beethoven, que compondría la Sinfonía sentado al piano, tardara tanto entre el acorde del calderón y la siguiente nota que sólo estaba separada por un silencio de corchea. Pero esto es sólo un ejemplo. Cualquiera que sepa leer una partitura y que, sabiendo lo que tiene que tocar, mire a Bernstein para intentar entrar cuando él le marque, que me diga si hay la más mínima precisión en su gesto y si es posible entrar con él y cortar con él.
Qué lástima la cantidad de famosos directores que han tenido que pasarse la vida percibiendo que nadie entra con ellos y que nadie termina con ellos.
Menos mal que Bernstein lo equilibra todo con su carisma y magnetismo: verle el rostro ilumina, pero verle el gesto desorienta.
En ninguna otra profesión se permitiría que llegara a lo más alto alguien con tan pocos recursos técnicos para dominar su instrumento.
Pero hay tanta ignorancia...
José Carlos Carmona
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