domingo, 29 de marzo de 2009

Entrevista con Vittorio Ghielmi

Vittorio Ghielmi en la Casa de los Pinelo, en Sevilla (© Manuel Gómez / Diario de Sevilla)
Vittorio Ghielmi: "Los límites de la viola están en sus intérpretes"

Jordi Savall cierra hoy las actividades de la II Semana de la Viola da Gamba, que ha contado con Vittorio Ghielmi como principal artista residente


Nacido en Milán en 1968, Ghielmi es uno de los músicos más prestigiosos del mundo. Capaz de abrir caminos nuevos para su instrumento, cabría definir su carrera como la de un audaz equilibrio entre el rigor del historicismo y la creatividad personal.

-¿Cómo fueron sus dos clases magistrales?
-Muy bien. Me voy muy contento después de comprobar que el nivel de los violagambistas es aquí altísimo. Es un auténtico placer dar clases cuando se puede hablar de música en profundidad... Sólo puedo decir que venía de dar otra clase magistral en un Conservatorio Superior de una importante ciudad europea y me he encontrado en Sevilla un nivel mucho más alto. Y esto me confirma algo que ya pensaba: la tendencia general es a un cambio en el máximo nivel interpretativo, de los países del norte a los del sur.

-Hay en Sevilla entonces una buena escuela de viola...
-Magnífica. Y me gustaría resaltar que su principal responsable es Ventura Rico, que ha hecho un trabajo fantástico. Él ha tenido el acierto y la generosidad de permitir que cada uno de sus alumnos buscase su propio camino, y el resultado es el importantísimo grupo de jóvenes violistas que hay hoy en la ciudad, cada uno con una personalidad distinta, y eso para mí es impresionante.

-¿Qué le ha parecido el Concurso de Interpretación?
-Lamentablemente, hubo algunos problemas organizativos y sólo hemos podido tener cuatro participantes. La final fue bastante clara, pero en las dos primeras pruebas resultó muy difícil elegir, porque el nivel era muy parecido: se trataba de pequeños matices, y por eso optamos por escucharlos a los cuatro en la final, y ahí creo que la decisión que tomamos fue muy objetiva. (El belga Pieter Vandeveire ha ganado el primer premio y la sevillana Irene Gómez, el segundo.)

-En sus dos conciertos, como solista y con su cuarteto Il Suonar Parlante, hizo un recorrido por todo el repertorio de la viola, ¿cuáles son los límites del instrumento?
-Hay una frase del tratadista Hubert Le Blanc de la que yo he hecho un poco mi bandera particular, que viene a decir que los límites no están en la viola sino en los intérpretes que se escudan en la viola para disculpar lo que ellos no son capaces de hacer. Yo me tomé esta idea muy en serio, y llevo toda mi carrera sondeando cuáles pueden ser los límites de un instrumento que no deja de sorprenderme. Por eso, en lugar de vender programas temáticos (El año de Carlos V, El año de Carlos VI), detrás de los cuales muchas veces se esconden los músicos con la etiqueta de historicistas, siempre traté de ofrecer programas hermosos, y eso lo llevé también a los discos: puede tomarse el Full of Colours, por ejemplo, que ganó todos los grandes premios de las revistas europeas, y es muy difícil definir el concepto, y eso es un desafío para mí, que puedas ofrecer en una sesión todas las posibilidades de tu arte y no restringirte a que en el papel pone Carlos V o Luis XIV. Eso te da una libertad artística que el público agradece.

-Usted ha tocado para grandísimos auditorios y en espacios íntimos, como aquí en Sevilla, ¿la actitud como intérprete es siempre la misma?
-Cada espacio te inspira de una forma diferente, siempre atrapas algo del público, y eso tratas de devolvérselo en música. En cualquier caso, lo que de verdad me inspira es estar en un lugar lleno, sea para 50 o para 10.000 espectadores.

[Publicado en Diario de Sevilla el domingo 29 de marzo de 2009]


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